IEI -
Fuentes:
1. Expansion, 29/09/09, entrevista de D. Gracia / Carlos Cuesta
Huerta: "El empresario está acostumbrado a una economía maniaco-depresiva", por D. Gracia / C. Cuesta
La salida de la crisis pasa por que "los políticos no caigan en los grandilocuentes planes de salvamento", alerta Jesús Huerta de Soto (Madrid, 1956).
Catedrático de Economía y uno de los máximos representantes actuales de la escuela austriaca, Huerta de Soto, que acaba de dar una conferencia en la Asociación Madrileña de la Empresa Familiar (AMEF), no tiene duda de que "la gran crisis social de nuestro tiempo es la estatolatría".
"Esto es, dejar en manos del Estado la resolución de cualquier problema que se presente. En una entrevista con EXPANSIÓN, asegura que cuando se salga de este batacazo económico "se entrará de nuevo en una expansión crediticia que dará lugar a malas inversiones generalizadas". Se creará, por tanto, el caldo de cultivo de la siguiente recesión.
¿Cree que se está atacando de manera correcta la crisis?
Las autoridades siempre reaccionan con más regulación a las recesiones. Sólo atacan los síntomas, no las causas. No se puede evitar que las empresas inviertan en proyectos más alocados si continúa la expansión del crédito. Los bancos centrales son los responsables de la burbuja de la última década: inyectan el crédito a tipos de interés reducidísimos y los empresarios se lanzan a invertir en proyectos no viables.
¿Cómo se debe ajustar la economía para salir adelante?
El mercado es muy eficiente para sanear los errores. De hecho, en España han desaparecido ya 150.000 empresas y pueden destruirse otras 150.000. Para facilitar que este proceso sea más rápido es preciso una economía flexible. Especialmente, en el mercado laboral. Hay que desplazar a millones de trabajadores que estaban implicados en proyectos de inversión no viables hacia otras líneas sostenibles.
Cuando lleguemos al cénit del desempleo, en torno a los cinco millones de parados, la economía ya estará recuperada. Las empresas que queden serán sanas. El problema es que contratar a un trabajador equivale a casarse con él. O peor, porque gracias al divorcio express es más fácil separarse que despedir a alguien. Esto hace mucho más lenta la reinserción laboral.
El Gobierno acaba de presentar una subida de impuestos, ¿Cuál será la consecuencia?
Las empresas y los hogares se sanean devolviendo préstamos y reduciendo costes. Esto es más fácil si tienes más renta disponible, con lo cual, es importante que los impuestos no suban y, en todo caso, que bajen. Al igual que en los particulares, también es imprescindible la austeridad del sector público. Durante la Gran Depresión se actuó de forma contraria. Roosevelt hizo más rígido el mercado laboral, incrementó los salarios por decreto, subió los impuestos y, además, reforzó el papel de Estado en todos los ámbitos. Eso es lo que hizo a la depresión de los años veinte grande.
Muchas veces, es el sector privado es el que exige la intervención del Estado.
El empresario en España está acostumbrado a una economía maniaco-depresiva, que vive entre la burbuja y la crisis. La recuperación para ser sostenible tiene que ser fría, sin crecimientos acelerados. Por primera vez en la historia, España no puede reaccionar a una recesión engañando a los ciudadanos, mediante una devaluación de la moneda. Esta crisis ha dejado en evidencia que los problemas son reales y no queda más remedio que afrontarlos.
Es necesario un ejército de empresarios que detecten los errores. Después, hay que reducir costes, reestructurar las compañías y matarse por mejorar la calidad de los productos."
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2. Instituto Juan de Mariana, artículo - 01/10/2009 - Fernando Herrera
Sobre cómo las subvenciones destruyen el mercado
"Que las subvenciones y en general las ayudas públicas distorsionan el mercado no es ningún secreto. Ni siquiera lo es para las propias autoridades, y, de hecho, la Comisión Europea tiene atribuidas competencias para vigilar las ayudas públicas que dan los estados miembros. Aunque, hay que decirlo, las distorsiones que trata de evitar son las de ámbito geográfico, tratando de preservar la homogeneidad del mercado único.
Lo cierto es que las ayudas del Estado tienen varios efectos negativos sobre la economía, algunos de ellos bastante directos. En primer lugar, está el efecto general de redistribución: se redirigen recursos a unas actividades que no son demandadas por el mercado. Los recursos se obtienen de forma coactiva mediante impuestos; dichos recursos no van a donde el legítimo dueño de los mismos los hubiera dirigido, y se dirigen a actividades no demandadas.
Además de este efecto general, se produce uno algo más sutil, consistente en la progresiva adaptación de las empresas a los requisitos para obtener dichas subvenciones, en lugar de a conseguir un producto final aceptable para el público. Así, poco a poco, la estructura productiva se va modificando, siguiendo lo que Kirzner llama el proceso de descubrimiento completamente superfluo, hacia aspectos innecesarios desde el punto de vista de la demanda, pero imprescindibles para conseguir la subvención.
Por ejemplo, pueden aparecer especialistas en realizar proyectos según los requerimientos públicos, o en preparar la documentación necesaria, o, por qué no, en proporcionar los contactos adecuados. Son actividades que, desde el punto de vista de la empresa, tienen valor únicamente por la existencia de las subvenciones.
Sin embargo, los efectos pueden ser quizá aún más destructivos. Además, pueden provenir no solo de ayudas públicas, sino de la contratación pública en general. En presencia de ambas, aquellas empresas que no se adapten a los requerimientos de las administraciones, tenderán a disminuir su rentabilidad respecto a aquellas que sí lo hacen. Por un lado, porque no acceden a esas subvenciones o contratos. Y por otro porque, consecuentemente, no pueden competir con precios similares. El público puede encontrar sustitutivo el producto subvencionado, aunque no se adapte bien a sus necesidades, simplemente por ser artificialmente más barato. La empresa que no se adapta está llamada a desaparecer del mercado, mientras que la otra garantiza su supervivencia siendo cada vez más eficiente en la obtención de subvenciones y contratos públicos. Esto es, apartándose progresivamente de las necesidades del mercado y acercándose a las preferencias del Estado.
Eventualmente, desaparecen las empresas que satisfacían mejor al mercado, y la oferta queda compuesta exclusivamente por empresas especializadas en satisfacer la demanda del Estado. Al consumidor no le queda más remedio que consumir el producto subvencionado, aunque ha dejado de satisfacer sus expectativas, o dejar de consumirlo completamente.
Cuando, en esta situación, cambia la política económica del Gobierno, esto es, decide que hay que fomentar otro sector económico, las empresas hasta ahora subvencionadas dejan de ser viables. El consumidor no está dispuesto a pagar el precio que se necesita para cubrir los costes sin la subvención por un producto que no satisface adecuadamente sus necesidades.
En esta situación dramática, el proceso de readaptación a las necesidades del cliente no es inmediato. Y puede llevar a la empresa a la desaparición, de forma que se destruya completamente el sector. Ya no quedan ni las empresas que originalmente satisfacían las necesidades del cliente, ni aquellas que adaptaron sus actividades para satisfacer los requerimientos públicos.
Así pues, las empresas deberían rehuir y evitar todo tipo de subvenciones públicas, e incluso contratos públicos (este planteamiento no es, evidentemente, realista para aquellos sectores en que el único demandante es el Estado). Es obvio que en el corto plazo nadie es capaz de rechazar un dinero aparentemente llovido del cielo. Pero también lo es que ajustarse a las necesidades del Estado en vez de a las de la demanda del mercado deja la sostenibilidad de la empresa en manos del arbitrio de los políticos, en lugar de de su desempeño.
Por desgracia, en España, nuestros principales empresarios parecen tener claro que es más cómodo el corto plazo y el arbitrio que satisfacer las exigencias del cliente."
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3. una herramienta para la transparencia en las subvenciones. que ya usa Obama ...
http://todobi.blogspot.com/2009/09/obama-usa-los-dashboards.html
Obama usa los Dashboards
Se trata de un Cuadro de Mando para que los ciudadanos sepan en que se están gastando el dinero sus gobernantes y más en particular las diferentes administraciones federales.
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4. Expansion, la Llave - 1 octubre 2009
"El Gobierno olvida la productividad
Si en alguna cosa están de acuerdo todos los analistas económicos es que España arrastra un importante problema derivado de los déficit de productividad y competitividad de su economía, y hasta que no logre resolverlo, no estará en condiciones de acceder de nuevo a la primera división del crecimiento.
Esta debiera ser la prioridad para cualquier gobierno, pero como ocurre en numerosas ocasiones lo urgente ha acabado por enterrar a lo importante.
Por muy políticamente incorrecto que parezca es en estas circunstancias cuando el Gobierno debiera haber hecho un esfuerzo, esta vez sí “limitado” y “temporal”, por contener el gasto corriente y evitar de esta manera el vaciado de los presupuestos en el capítulo de investigación –la renuncia del científico Mariano Barbacid es una buena muestra de la desilusión entre los investigadores y del riesgo de fuga de talento– o la pérdida de inversión productiva.
Esto hubiera exigido por parte del Gobierno medidas tan impopulares como una congelación del sueldo de los funcionarios y de las pensiones, así como una renuncia a ampliar la cobertura del desempleo.
Sin lugar a dudas esos “ahorros”, unidos a algunas reformas como la del mercado laboral, hubieran hecho menos llevadera la crisis para los más desfavorecidos, pero, a cambio, hubiesen acortado su duración e intensidad, lo que finalmente hubiese sido más rentable para aquellos que lo están pasando peor.
El problema al que se enfrentaba el Gobierno de Rodríguez Zapatero es que ni los sindicatos ni los partidos de izquierda le hubiesen tolerado medidas de este tipo sin quebrar la paz social o sin retirarle los precarios apoyos parlamentarios.
El reproche que se le puede hacer al Gobierno es que no haya tenido el valor, a pesar de que todavía faltan dos años y medio para las elecciones generales –salvo que el presidente decida anticiparlas–, de afrontar un desgaste en su popularidad –que en cualquier caso ya está maltrecha– a cambio de sentar unas bases reales de recuperación.
Los sindicatos, que durante un tiempo sumaron y empujaron, con José María Fidalgo al frente de CCOO, para darle a la economía española el salto de calidad que necesita, ahora, bajo la influencia de Cándido Méndez, lastran y restan al atrincherarse a las primeras de cambio en un populismo y conservadurismo que amenazan cualquier posibilidad de recuperación."
Conocimiento y herramientas para mejorar nuestra competitividad, en un entorno global.
El porqué de este blog.
Con mi algo de experiencia profesional en comercio internacional y algo más en el uso de la información que se hace en este campo, quiero recoger en este blog aquellas opiniones, argumentaciones o diagnósticos que nos aporten más conocimiento en materia de IEI.
Y continuar así mi recorrido por la Inteligencia Económica que empecé allá por 1996, en París.
Estoy convencida de que la Inteligencia Económica Internacional es una potente herramienta para reforzar la competitividad de las empresas españolas, de los profesionales y de los expertos públicos o privados en el campo del comercio internacional.
Espero compartir opiniones, debates y propuestas, siempre con un enfoque abierto a los escenarios globales.
Y no sólo en este blog: espero también en ASEPIC, Asociación Española para la Promoción de la Inteligencia Competiva, de la que soy socio individual (www.asepic.com.es).
Inés Robredo.
Y continuar así mi recorrido por la Inteligencia Económica que empecé allá por 1996, en París.
Estoy convencida de que la Inteligencia Económica Internacional es una potente herramienta para reforzar la competitividad de las empresas españolas, de los profesionales y de los expertos públicos o privados en el campo del comercio internacional.
Espero compartir opiniones, debates y propuestas, siempre con un enfoque abierto a los escenarios globales.
Y no sólo en este blog: espero también en ASEPIC, Asociación Española para la Promoción de la Inteligencia Competiva, de la que soy socio individual (www.asepic.com.es).
Inés Robredo.
jueves, 1 de octubre de 2009
Empresarios frente a la crisis - subvenciones o productividad.
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