El porqué de este blog.

Con mi algo de experiencia profesional en comercio internacional y algo más en el uso de la información que se hace en este campo, quiero recoger en este blog aquellas opiniones, argumentaciones o diagnósticos que nos aporten más conocimiento en materia de IEI.
Y continuar así mi recorrido por la Inteligencia Económica que empecé allá por 1996, en París.

Estoy convencida de que la Inteligencia Económica Internacional es una potente herramienta para reforzar la competitividad de las empresas españolas, de los profesionales y de los expertos públicos o privados en el campo del comercio internacional.

Espero compartir opiniones, debates y propuestas, siempre con un enfoque abierto a los escenarios globales.
Y no sólo en este blog: espero también en ASEPIC, Asociación Española para la Promoción de la Inteligencia Competiva, de la que soy socio individual (www.asepic.com.es).

Inés Robredo.

lunes, 24 de agosto de 2009

Nuestros economistas demiurgos - Juan Velarde, agosto 2009

Fuente: abc.es, 24 agosto 2009
http://n2abc10.abc.es/20090824/opinion-firmas/cinco-revolucionarios-nuestra-economia-20090824.html

"Los cinco revolucionarios de nuestra economía
JUAN VELARDE FUERTES - Lunes, 24-08-09

Es evidente que en estos momentos existe auténtico pavor en nuestro sector público ante la posibilidad de acometer reformas de fondo en la economía española. Con Solbes o sin Solbes; con Campa o sin Campa, lo que se intenta es que nuestra situación mejore sin los costes sociológicos que acompañan a todo cambio radical para encarar adecuadamente el futuro. Por eso conviene señalar los cinco revolucionarios que consiguieron que la economía española, cuyo PIB por habitante sólo había logrado multiplicarse por 3,0 en el periodo 1820-1959 -140 años-, desde 1959 al 2008, -o sea, en sólo medio siglo- lo hizo por 7,5. Es evidente que ese cambio, que supuso la liquidación de la economía castiza española, con la que funcionamos, pues, durante casi siglo y medio después de iniciarse la Revolución Industrial, exigió unas dosis de valentía nada corrientes. Y la serie de estos demiurgos de nuestra actual economía se inicia con Alberto Ullastres.

Ullastres fue discípulo de Flores de Lemus. Dejó clara muestra de ello en su comentario al «Dictamen de la Comisión del Patrón Oro» de su maestro. Por eso formó parte de la sección de economía del Instituto de Estudios Políticos. Esa iniciada por Carande, y en la que también estaban Vergara, Valentín Andrés Álvarez, Castañeda, Fermín de la Sierra, Anós y Piera Labra. Se especializó Ullastres en Historia económica e Historia de las Doctrinas Económicas, y armado de su ciencia, se atrevió como ministro de Comercio, con el apoyo en Hacienda de Navarro Rubio y el flanqueo en el Banco de España, de Sardá, a iniciar el gran cambio, a partir de 1957, poniendo en marcha el Plan de Estabilización en 1959. Se abrió al exterior nuestra economía; se estatifico el Banco de España; la peseta, por primera vez, ingresó en un sistema monetario internacional; se aceptó el comienzo de procesos de desregulación de la economía y abrió Ullastres después el pestillo de Europa, con el excelente -ahí está el estudio de Gámir- Tratado Preferencial de 1970.

El segundo fue Fuentes Quintana. Tuvo una vocación docente fortísima. Fue catedrático de Economía de la Universidad de Valladolid, y de Hacienda en la Complutense y en la UNED. Su gran objetivo fue la superación del sistema fiscal de 1845, como se probó a partir de su artículo inicial en «nales de Economía» en 1949, culminando sus puntos de vista en el texto de su discurso de ingreso en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Ante la colosal crisis que se vivía en 1977, fusión de los dos choques petrolíferos, de la generada por una fortísima subida de salarios y por las tensiones de la Transición, comprendió que la solución no venía por el lado de la demanda, esto es, abandonó la línea de creer que todo se arreglaba con el déficit del sector público, y decidió que la solución era por el lado de la oferta. Por eso, al ocupar el puesto de vicepresidente del Gobierno, consiguió, con el Pacto de La Moncloa, frenar la subida de salarios, crear un nuevo sistema fiscal, mientras se abrían las conversaciones para nuestro ingreso pleno en la Europa comunitaria.

El tercero fue Boyer, simultáneamente doctor en Física y economista muy capaz. Comprendió, probablemente tras la crisis desencadenada en Francia con la política socialista de Mitterrand y recogida en el programa que llevó el PSOE al poder, que era necesario que éste lo alterase de inmediato. Reaccionó, y logró, que éste no sólo aceptase la economía de mercado, sino iniciar una seria política de privatizaciones, mientras se buscaba el mantenimiento del equilibrio presupuestario, y se conseguía el ingreso, en 1985, en la Comunidad Económica Europea. Salió del poder por intentar que se continuase una clara política de ajuste para mejorar nuestra competitividad.

El cuarto fue Solchaga, un excelente licenciado en Economía. Comprendió que no podía diferirse, tras Maastricht, nuestra participación en la nueva Europa que ahí se iniciaba, mientras, con la ayuda de Rojo, al frente del Banco de España, consiguió que no se nos expulsase del Sistema Monetario Europeo al que él nos había conducido, para sustraer a la peseta del baile derivado de la flotación de monedas originado por las decisiones de Nixon de liquidar el patrón oro-dólar.

El quinto fue Aznar, quien, con una extraordinaria energía, logró, no ya liquidar un notable ambiente de corrupción, sino, con una disciplina presupuestaria que no se veía desde los tiempos de Villaverde, y gracias, por supuesto, al flanqueo en Hacienda de Rodrigo Rato primero y de Montoro después, logró que España, que no cumplía ninguna, cumpliese todas las exigencias del Tratado de Maastricht, y sustituyese la peseta por el euro.

Los cinco demostraron heroísmo y patriotismo para conseguir sucesivamente, el Plan de Estabilización, el Pacto de La Moncloa, que ingresásemos en la Europa comunitaria, que formásemos parte del Sistema Monetario Europeo y que, desde su inicio, estuviésemos en la Eurozona.
Escribió Manzoni en su «Oda a Napoleón», «Ai posteri l´ardua sentenza». Me atrevo a decir que ésta va a ser muy dispar para los que se atrevieron, como estos cinco, y para los que se negaron a alterar lo mucho que había que alterar.·

El libro de J. Velarde.
"Cien años de economía española - El siglo que lo cambió todo en nuestra economía".
http://www.ediciones-encuentro.es/Muestra.php?libro=10000372&gclid=CJjS3u7bw5wCFUxs4wodYh0PoA

IEI - su colaboración en Abc, del 7 de septiembe 2009
'Raíces castaño oscuro'
http://www.abc.es/20090907/opinion-firmas/raices-castano-oscuro-200909070423.html

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